Lubos Barton llegó tras un año lesionado. Era un jugador de nivel Euroliga que necesitaba recuperar la confianza, pero en el primer año una lesión en su hombro lo dejó fuera de combate. Fue operado, se recuperó y volvió para terminar la temporada jugando de cuatro en vez de de alero -su posición natural-. Al año siguiente debía ser una de las referencias del equipo, pero la paternidad le cambió la liga, su rendimiento no fue el mejor y acabó marchándose a Badalona con Salva Maldonado. Eso sí, antes de marcharse hizo un partido memorable ante Unicaja dejando claro que seguía conservando su talento.
Virginijus Praskevicius era un ala-pívot lituano que llegó con la vitola de gran reboteador y mejor tirador de triples, pero que no demostró lo que se esperaba de él. Casimiro lo apartó del equipo después de 20 partidos debido a su "bajo rendimiento y falta de actitud".
Mike Hall fue el revulsivo de la pasada campaña. Era todo un showman desde el calentamiento, y probablemente el jugador que más ha interactuado con los fans en la historia del Fuenlabrada. Deportivamente tuvo un buen inicio, pero poco a poco su estrella se fue apagando. Clave para derrotar al Besikta sen Eurocup, tuvo que cambiar su estilo de juego para adaptarse a la posición de cinco, donde no se encontraba cómodo.
Jou Llorente, un mito del Baloncesto nacional y actual presidente de la ABP, se retiró del deporte en activo defendiendo la camiseta del Baloncesto Fuenlabrada en la temporada 1996-1997, jugando de base y sin excesivo protagonismo.